El poder de la vulnerabilidad en las relaciones

“Mostrar nuestra vulnerabilidad nos acerca a los demás”

Todos los seres humanos deseamos y necesitamos tener sensación de pertenencia a diferentes sistemas de nuestro contexto más próximo, como mínimo, a nuestro sistema familiar o de origen, y normalmente también a otros sistemas, como el de nuestras amistades, el sistema que se crea en una relación de pareja, etc…   Lo que está claro es que la necesidad de pertenencia está arraigada muy profundo dentro de nosotros, y esto es porque tiene un origen biológico, relacionado con la necesidad de sobrevivir, y hacerlo dentro de la tribu, perteneciendo, facilita esta supervivencia.

Pues bien, para poder generar esos vínculos con otras personas, de forma real y auténtica, es necesario que nos dejemos ver, que nos mostremos, es decir, que nos demos permiso a ser «vulnerables», y a mostrar esas partes de nosotros mismos, que tal vez nos hacen sentirnos inseguros, poco adecuados, o que nos hacen sentir vergüenza y quizás nos conectan con pensamientos tales como: Si ven realmente quien soy, me dejarán, se alejarán, les pareceré un fraude, etc..


Lamentablemente, la vulnerabilidad no disfruta de muy buena fama a nivel generalizado, e incluso habitualmente se suele asociar a la debilidad.

Paradójicamente, en ese trágico y fatídico intento de relacionarnos con los demás a través de los distintos personajes que creamos, nos ponemos difícil el generar verdaderos vínculos con el otro, ya que todo lo que tenga que ver con mostrarse, desde un lugar honesto, verdadero y auténtico, normalmente es alienado, y esa parte tan tierna y vulnerable, inconscientemente, y debido al condicionamiento de toda una vida y una sociedad, la mandamos a nuestra sombra, y ni nosotros mismos nos queremos relacionar con nuestro Yo vulnerable.

 
Posiblemente, detrás de esta máscara o coraza que usamos tan frecuentemente, se esconde la vergüenza, el miedo al rechazo o al abandono, la sensación de no sentirnos dignos o merecedores, o tal vez, de no sentirnos lo suficientemente buenos para los demás, que en la mayoría de los casos implica el no sentirnos lo suficientemente buenos bajo nuestros ojos, nuestra mirada.

Al asociar la vulnerabilidad con la debilidad, y la debilidad a una cualidad negativa, la mayoría rechazamos nuestras partes más vulnerables, y nos perdemos la oportunidad de experimentarnos, vivirnos y compartirnos con los demás desde un lugar verdadero, y sin tener presente que cuando te relacionas desde un personaje o una personalidad que has creado para sentirte seguro, para sobrevivir,  una máscara o coraza, y que lejos está de tu verdadero yo, lo que vas a atraer a tu vida es más coraza, es decir, atraerás personas que se relacionan desde ese mismo lugar, desde su personaje.

Si no abres tu corazón, sólo atraerás a tu vida a personas que tengan el corazón cerrado.

Cuando esto ocurre, el tipo de relaciones y de vínculos que crearás serán de codependencia emocional y esto se expresará en tu vida porque repetirás patrones y situaciones dolorosas una y otra vez en tus relaciones.


El origen de las relaciones de codependencia emocional está en las heridas de nuestra infancia que no hemos podido integrar.


Cada uno de nosotros tiene un niño que ha pasado por experiencias que le han dañado y herido,
porque cuando somos niños, tenemos un sistema nervioso muy sensible, muchas veces vivimos situaciones que no son correctas para nosotros, como abusos físicos, verbales o emocionales, y no podemos poner un límite, y esas memorias quedarán grabadas en nuestro cuerpo físico, en nuestro cuerpo emocional, en nuestro sistema nervioso…

Sin embargo, el adulto, muchas veces, sí que puede contar con recursos que el niño no tenía, pero cuando el adulto que somos no se responsabiliza de su dolor y de sus heridas, y en definitiva, no queremos crecer, pasaremos la vida buscando culpables fuera, eso no nos ayudará a avanzar, sino todo lo contrario, nos quedamos estancados…
Esto se expresará en nuestras vidas en forma de relaciones tóxicas, insatisfactorias y muy dolorosas.

Conocernos profundamente, y amarnos y aceptarnos tal y como somos, nos permite ponernos en contacto con nuestra vulnerabilidad, esa parte tan tierna y sensible, que sigue viva dentro de nosotros, entrar ahí nos traerá el regalo de conectar con nuestra verdadera esencia, con nuestra energía vital, única y genuina (esa que muchas veces hemos tenido que esconder para ser amados y adecuados, esconderla ha hecho que nos desconectemos de ella).

Cuando recuperamos la conexión con esa parte de nosotros ya no necesitamos perder energía en construir máscaras, corazas y estrategias para escondernos de los demás, y lo que es peor aún, de nosotros mismos.

Te pondré como ejemplo el maravilloso payaso, ese personaje que se muestra torpe, tierno, que nos hace reír, llorar, y que consigue emocionarnos con sus desventuras, lo hace gracias a su honestidad, a su capacidad de mostrarse Abierto de corazón, Disponible, y… Vulnerable!! y es gracias a estas tres cualidades que es capaz de conectar con el público de un modo tan real, auténtico y sublime.

Y ahora te pregunto; ¿Te das permiso de acoger tu propia vulnerabilidad? ¿te permites mostrar tu vulnerabilidad con las personas que quieres?

Conocer y responsabilizarnos de nuestras heridas nos dará la base para empezar a construir relaciones de pareja sanas, conscientes y satisfactorias.

Para finalizar te dejo este video que pertenece a una TED Talk, en el que Bene Brown nos habla sobre el poder de la vulnerabilidad: https://www.youtube.com/watch?v=HhZNXbP0vnk&ab_channel=jpcastro

1 comentario en “El poder de la vulnerabilidad en las relaciones”

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